Comentario
A las exequias de la augustísima Reina Doña isabel de Borbón nuestra señora que hizo Burgos cabeça de Castilla.
yo aquella que otro tiempo Dulçemente
Canté Sonoros elogios Repartidos
de españa y Françia Al tálamo Dichoso,
yo aquella que en mí templo Miré vnidos
A vno y otro Reino firmemente
Con laço estrecho y vínculo Amoroso,
yo aquella Misma Soy que en Doloroso
clamor lastimó con Piadoso llanto
Con Ronca voz y lira Destempladas,
la Máquina estrellada
y el hondo Reino del horror y espanto,
que no Permite mi Lealtad atenta
a tan cruel destino y fatal hado
Menos que Deshazerse en llanto esquiuo
Contemplando aquel tálamo festiuo
en túmulo luctuoso transformado
que Vna Pena de lágrimas Sedienta,
a Vista de más goço más se aumenta
Considerando Juntos en Vn Puesto
Vn tálamo y un túmulo funesto,
Puro y sin nube qual la luz la cría
Golfos de Rayos vierte fulminante
El Sol De españa en Resplandor hermoso
Pero luego inuidioso el Dios tonante
del ya fatal otubre al sexto Día
se opone a su Semblante luminoso
y con aspecto turbio y tenebroso
en medio de su Curso a çielo Raso
asombra su Beldad Resplandeçiente,
y su francés oriente
Sepulta en español eterno ocaso,
y oponense enemigos Declarados
a todo Rompimiento de yras y saña
los Campos de la Muerte y de la Vida
Dejando en Vn encuentro escureçida
la Magestad de la Imperial españa,
que a falta de su Reina en sus estados
que a sobra de Rebeldes Conjurados
expuesta a mil Violentas tiranías
yaçe exemplo infeliz de Monarquías
igual en el valor y la Ventura
qual Çesar con Amielas en su Barca
de Cataluña el Golfo Peligroso
Surcaba el çesar español Monarcha
Domando la Çeruiz Rebelde y Dura
Del Catalán y del françés Brioso,
quando el laurel triunfante y vitorioso
que sus Sesudas Sienes Coronaba
Se vio en Çiprés funesto Conuertido
al llanto enterneçido
que el Raudal de sus glorias Represaba,
quando más a Vanderas Desplegadas
De Rómulo y de Numa Conseguía
Blasones De Paçífico y de fuerte,
la tenebrosa Nube de la Muerte
en turbio de su triumfo el alegría,
y en Vez de aclamaçiones Deseadas
al son de las Roncas cajas Destempladas
Batiendo Por el suelo su estandarte
quedó Vençido el invençible Marte
temblaron los Castillos de Castilla
Bramaron los leones españoles
y extremeçiose el godo firmamento,
en Marañado el çielo en AReboles
de escuridad sangrienta y amarilla
turbó su christalino luçimiento,
Cometas Portentosos Pintó el Viento
formando en aParentes esquadrones
exérçitos Copiosos Batallando
Pendones tremolando
Y Rimbombando Belicosos sones,
Boluiose el Mar de Pena tan furioso
que saliendo de sí más que otras Veçes
quiso tomando el çielo con las Manos,
Haçiendo que en los Montes y en los llanos
Nadasen aues y Bolasen Peçes,
quedó la tierra en caos tan tenebroso
tan turbado confuso y espantoso
que Pareçía en aBismo tan Profundo
que començaba o se acababa el Mundo
Lebantó Por Vandera su guadaña
en señal de Vitoria es clareçida
La Muerte con Semblante Denodado,
quedando tan vfana y tan érguida
que Pareçió en italia y en españa
La Muerte Desarmada un Marte Armado,
y el Sacrílego Braço ensangrentado
en la Cabeça del Mayor Monarca
que el suelo, humilde aDora y Reuerençia
con fatal inclemençia
Sobre españa estendió la ayrada Parca
Dexando de otro Golpe infelizmente
al çesar Sin Dulçe Prenda Amada
y empañado de espesa niebla fría
el claro y limpio espejo en quien Solía
Mirar el Sol su luz como afrentada,
Marchita la Beldad Más floreçiente
que vio la edad Pasada y la Presente,
y al imperio español que Pierde tanto
en triste Soledad y aMargo llanto
y yo Primera agora en la tristeça
que soy Primera Siempre en qualquier Dicha
Como Cabeça Del imperio godo,
Siendo Por todos tan fatal Desdicha
que siempre qualquier golpe en la cabeça
Se siente más que no en el cuerpo todo,
y Como en el sentir no guardo Modo
tan Poco le a de hallar mi Amarga Pena
en mis ojos que Vierten lastimosos,
Dos Ríos Caudalosos
en aBundante y en Copiosa Vena,
y el tálamo y el túmulo Presente
Rebeldes Proçelosos Mouimientos
laureles en Çipreses transformados
los elementos todos Destemplados
la Muerte y el Dios Marte tan sangrientos
an de Mirar de oy más eternamente
Con turbio Çeño y aRugada frente
a mi lealtad antigua Castellana
Niña en llorar y en el sentir Ançiana.